En vísperas de Navidad, la negativa de Adley, una niña de tres años, a sentarse en el regazo de Santa Claus generó un conmovedor debate sobre la autonomía infantil.
Su madre respaldó su decisión, marcando un mensaje de empoderamiento para los más pequeños. Santa, elogiando a Adley, destacó su valentía, bajó de su silla para estar a su nivel y juntos posaron para una foto, resaltando la importancia de respetar las elecciones individuales de cada niño, fortaleciendo la idea de que la autonomía infantil debe ser celebrada, a la vez que Papá Noel le dijo “¡serás una mujer poderosa!”.
Esta historia ha cobrado relevancia especialmente en el contexto alarmante de abuso infantil en México, donde las estadísticas revelan un preocupante panorama.
